Un día pregunté yo, abuelo,
¿dónde está Dios?
Un día pregunté yo, abuelo,
¿dónde está Dios?
Me miró, se puso triste y nada
me respondió.
Mi abuelo murió en la mina, sin
rezo ni confesión,
color de sangre minera, tiene
el oro del patrón,
color de sangre minera, tiene
el oro del patrón.
Un día pregunté yo, padre, ¿qué
sabes de Dios?
Un día pregunté yo, padre, ¿qué
sabes de Dios?
Me miró, se puso serio y nada
me respondió.
Mi padre murió en el monte,
sin doctor ni confesión,
y lo enterraron los indios,
flauta de caña y tambor,
y lo enterraron los indios,
flauta de caña y tambor.
Mi hermano vive en el bosque, y
no conoce una flor.
Mi hermano vive en el bosque, y
no conoce una flor.
Sudor, malaria y serpientes, la
vida del leñador,
y que naide le pregunte si sabe
dónde está Dios,
por su casa no ha pasado, tan
importante señor,
por su casa no ha pasado, tan
importante señor.
Yo canto por los caminos y
cuando estoy en prisión.
Yo canto por los caminos y
cuando estoy en prisión.
Oigo las voces del pueblo, que
canta mejor que yo:
Hay una cosa en el mundo, más
importante que Dios,
y es que naide escupa sangre,
pa que otro viva mejor,
y es que naide escupa sangre,
pa que otro viva mejor.
Que Dios vela por los pobres,
tal vez sí y tal vez no.
Que Dios vela por los pobres,
tal vez sí y tal vez no,
pero es seguro que almuerza en
la mesa del patrón.
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