viernes, 26 de agosto de 2011

Vacaciones de verano

Hola a todos,

¿Por qué son tan diferentes mis vacaciones de verano actuales de las de cuando era  una niña?

Esther
Recuerdo que cuando nos daban las vacaciones en el colegio, nos quedaban prácticamente tres meses de vacaciones para disfrutar de nuestro tiempo libre. Para mí era un tiempo infinito, de hecho, se me hacía al final tan largo, que en septiembre, estaba ya deseando que empezaran de nuevo las clases.

Mis recuerdos de niña son de Puerto Real. El primer día de vacaciones era maravilloso,  íbamos con mi madre  a comprarnos bañadores, flotadores, cremas de protección solar, cubos y palas...vamos todo el equipo para que unos niños decentes fueran bien preparados a la playa. A mí me hacía muchísima ilusión, comprarme un bañador nuevo y precioso, un flotador, vamos, todo un lujo. Tras las compras, mi madre nos llevaba a la playa de Valdelagrana, que creo recordar estaba de camino hacia el Puerto de Santa María.
Playa de Valdelagrana
Allí nos íbamos todos los días, y nos lo pasábamos fenomenal. Yo tengo tres hermanos, y siempre íbamos cantando en el coche las canciones que mi madre ponía en el radiocassette: Eva Mª se fue, música brasileña, la misa campesina, canciones de los payasos, etc...

Todos los veranos, solían venir unos días a mi casa mis tíos y mis primos y también me divertía muchísimo.

En Agosto, cuando mi padre tenía vacaciones, nos íbamos todo el mes fuera. Recuerdo que cuando era muy pequeña íbamos en plan de hoteles, pero llegó un momento en que nos compramos una caravana, para ahorrar.

Íbamos de camping en camping y siempre pasábamos quince días en Portugal del sur al norte, porque a mi padre le gustaba muchísimo, gusto que he heredado, ya que me parece un país precioso. Los quince días restantes los pasábamos en el pueblo de mi padre, Porto do Barqueiro, en La Coruña. El Barquero, nombre en castellano, es un pueblo pequeñito y maravilloso, con dos playas, una que da a la Ría y se llama Arealonga y otra que da a mar abierto, pleno mar Cantábrico, que se llama Esteiro.

El Barquero- Playa Arealonga
Allí en El Barquero, siempre nos lo pasábamos muy bien. Aunque hiciera mal tiempo, llevábamos el bañador en el maletero del coche, por si acaso salía el sol. Eso es lo que tiene allí el tiempo, que puede amanecer muy nublado, luego salir el sol, después volverse a nublar..., de ahí la necesidad de aprovechar los momentos de sol para darse un chapuzón en la playa.

El agua de estas playas, no es que estuviera congelada, no, es que cuando te metías, el dolor te subía del pie al cerebro, notándolo como iba subiendo por tu cuerpo, y necesitando un poquito de tiempo para que ese dolor se fuera. Ahora, una vez que llevabas un rato,  ya te acostumbrabas y yo me podía tirar una hora o más en el agua, hasta que mis padres me regañaban para que saliese de una vez. Hoy en día me resulta imposible, porque hasta el agua de la piscina de mi casa de Madrid,en plena solanera, me parece que está fría . ¿Cómo podrán cambiar tanto las percepciones?

También solíamos hacer excursiones para comer con la familia en algún paraje maravilloso de la zona. Normalmente solíamos ir a refugios de pescadores, sitios acondicionados por si llueve, y también con barbacoas. Están situados además en zonas de frondoso y auténtico bosque gallego, con castaños y carvalhos. 

Estas comidas eran completísimas, se comenzaba por los percebes y se acababa con el café, tomado en auténticas tacitas de porcelana; y la tarta, una deliciosa tarta moca, receta imprescindible de la familia. ¡Ah, se me olvidaba! después de la tarta un licorcito de guindas hecho artesanalmente por las tías de mi padre.

Podría seguir escribiendo páginas y páginas sobre las vacaciones en El Barquero, pero, seguramente este tema saldrá en algún otro momento de mis "conversaciones", con lo cual, lo dejo aquí y comenzaré a hablar de mis vacaciones de verano actuales.

Esta parte la voy a acabar pronto porque odio el verano. No me gusta nada el calor, no me hace gracia que debido al calor haya que ponerse ropa más ligera, con la que se nota perfectamente lo gorda que estoy y más. Actualmente, como tenemos dos niños, como mucho nos vamos una semana de vacaciones, con lo cual, realmente no me da tiempo a desconectar, en fin, un asco.

Antes de casarme, mi marido y yo trabajábamos y nos hacíamos viajecitos al extranjero, que, por supuesto, ya os comentaré. Posteriormente cuando estudiaba Filología Árabe, viajé mucho al mundo árabe, para mejorar el idioma. También viajé bastante porque formaba parte del grupo de teatro "Arabuam" de la Universidad y representábamos obras de teatro de autores árabes en el idioma original y nos presentábamos a todos los concursos de teatro árabe que hubiera por el mundo, en definitiva, el éxtasis.

Hoy en día todo eso se acabó, por lo menos hasta que yo no encuentre un trabajo que nos permita ahorrar algo. Yo necesito viajar, si no, soy infeliz. Siento como si me estuviera perdiendo la vida, y esa sensación, es mucho mayor en verano, obviamente, pues es cuando la gente, los vecinos, la familia, los conocidos, salen fuera. Aunque ya sé que no hay que compararse con los demás, no puedo evitar hacerlo. Pienso además que esos viajecitos que se hace la gente, serían mucho mejor aprovechados por mí, porque a mí me gusta viajar más que a nadie y la sensación de placer y alegría que se me pone en todo mi cuerpo es incomparable a lo que pueden sentir otras personas.

¿Que soy egocéntrica? no, que va, casi nada.

Estoy deseando que llegue ese momento de mi vida, en el que los veranos vuelvan a ser maravillosos. Ya sé que no podrán ser como aquellos de cuando era niña, entre otras cosas, porque mis padres ya no están, tengo un marido y dos hijos, las circunstancias personales de todos los que íbamos en aquellos viajes han cambiado. Además, realmente, no podrían ser los mismos, porque, como he dicho antes, la percepción de las cosas va cambiando, y probablemente ahora no me lo pasaría tan bien haciendo lo mismo que cuando era pequeña.

Cada etapa tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, lo malo es que ahora estoy en una etapa fundamentalmente negativa. Espero que llegue el final de esta etapa y mis hijos puedan ver, al menos, parte del mundo conmigo, aunque no solamente eso, sino que podamos ser felices juntos, que es lo más importante, como yo lo fui cuando era pequeña.


Esther

1 comentario:

  1. Claro que llegará el final de esta etapa que estás pasando. El blog te puede servir para darte a conocer a los demás, algo que puede servirte de mucho. No esperes a que las cosas se solucionen por si solas, como esperando un milagro.
    Mucho ánimo. Es genial que hayas comenzado un blog.

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